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Arte

No se trata de rencor, sino de odio

No se trata de rencor, sino de odio "Ils convoitent la haine, au lieu de la rancune" STÉPHANE MALLARMÉ

Nada hay tan puro como el odio

que vierte esta fuente como dorada bilis

y en donde hay miles de flores saliendo de la enredadera

cruel de la nada, miles

de temblorosas lilas

como mil mentiras.

Yo soy alguien que miente en la tarde

rubí en los ojos del sapo

y espera que forma la cacería

de ciervos en la noche.

Porque lo que soy yo sólo lo sabe el verso

que va a morir en tus labios

como el relincho que da fin a la caza.

de Leopoldo Maria Panero

 

 

EL OTOÑO SE ACERCA

EL OTOÑO SE ACERCA El otoño se acerca con muy poco ruido:
apagadas cigarras, unos grillos apenas,
defienden el reducto
de un verano obstinado en perpetuarse,
cuya suntuosa cola aún brilla hacia el oeste.

Se diría que aquí no pasa nada,
pero un silencio súbito ilumina el prodigio:
ha pasado
un ángel
que se llamaba luz, o fuego, o vida.

Y lo perdimos para siempre.

de Ángel González para más

La bella malmaridada

La bella malmaridada La bella malmaridada

de las lindas que yo vi:

acuérdate cuán amada,

señora, fuiste de mí.

Lucero resplandeciente,

tiniebla de mis placeres;

corona de las mujeres,

gloria del siglo presente;

estremada y excelente,

sobre todas cuantas vi;

acuérdate cuán amada,

señora, fuiste de mí.

Texto: Anónimo.
Música: Luis de Narváez (1526-1549)

El payaso

El payaso Julián Jiménez vino a la Redacción por primera vez y dijo que iba a escribir una historia... ésta es:

Un payaso muy bueno casi todos los días iba a trabajar muy temprano el payaso.
Eran unos días muy felices con sus hijos y su familia feliz era muy feliz. Todo terminó en el circo se cayó y se
mató.

FIN
Amén
J. J.

GLOBO ROJO
ANTOLOGÍA DE LA LOCURA


Recopilación de textos de enfermos mentales del Sanatorio de Mondragón,al cuidado de
LEOPOLDO MARÍA PANERO
Editorial Hiperión

Rashomon

Rashomon ¿Quieren ustedes leer el relato del que surgió la pelicula de Kurosawa?
Aqui lo tienen Rashomon

Oskar Matzerath y los polvos pica-pica

Oskar Matzerath y los polvos pica-pica Oscar hace constar que fue María la que, después de una pausa opresiva, tomó la bolsita. Y no sólo esto, sino que arrancó una tirita de papel exactamente allí donde decía: Rómpase aquí. Luego me tendió la bolsita abierta. Esta vez fue Oscar el que rehusó, dando las gracias. María logró ofenderse. En forma decidida dejó la bolsita abierta sobre el albornoz. ¿Qué podría yo hacer más que tomarla y ofrecérsela a María, antes de que llegara a entrarle arena?

Oscar hace constar que fue María la que metió por la apertura de la bolsita y luego lo sacó, manteniéndolo vertical y a la vista: en la yema del dedo veíase algo blancoazulado –el polvo efervescente. Ella me ofreció el dedo. Naturalmente, lo acepté. Y aunque se me subió a la nariz, mi cara logró reflejar deleite. Fue María quien formó un hueco con su mano. Y Oscar no tuvo más remedio que verter algo de polvo en la cuenca sonrosada. Ella no sabía qué hacer con el montoncito. El montículo en su palma le resultaba demasiado nuevo y sorprendente. Entonces me incliné, reuní toda mi saliva, la depuse sobre el polvo efervescente, volví a hacerlo y no me incorporé hasta que ya no me quedaba más saliva.

Sobre la mano de María empezó a sisear y a formarse espuma. Y de repente, el Waldmeister se convirtió en volcán. Aquello empezó a hervir, como la furia verde de no sé qué pueblo. Aquí ocurría algo que María no había visto nunca aún, sin duda, ni había sentido nunca, porque su mano se estremecía, temblaba y quería huir, ya que Waldmeister la mordía, Waldmeister le atravesaba la piel, Waldmeister la excitaba y le daba una sensación, una sensación, una sensación...

Conforme el verde aumentaba, María se iba poniendo colorada, se llevó la mano a la boca, se lamió la palma con la lengua muy afuera, lo que repitió varias veces y en forma tan desesperada, que ya Oscar creía que la lengua no lograba eliminar aquella sensación de Waldmeister, sino que, por el contrario, la aumentaba hasta el punto y aún más allá del punto que normalmente le está fijado a una sensación.

El tambor de Hojalata de Günter Grass

Cartas a Théo

Cartas a Théo 29 de abril de 1890.

Mi querido Théo:

...

También, necesitaré 6 brochas; 6 pinceles de cerda y 7 metros de tela o hasta 10. ¿Qué decirte de estos dos meses pasados? Esto no va muy bien; estoy triste y embrutecido, más de lo que sabría expresar y no sé ya dónde estoy. Como el pedido de colores es un poco cargado, puedes demorar la mitad, si te conviene más. Mientras estaba enfermo, hice aún algunas pequeñas telas de cabezas que verás más tarde, recuerdos del Norte; y ahora, acabo de terminar un rincón de pradera lleno de sol, que yo creo más o menos vigoroso. Lo verás muy pronto. Hazme el favor de rogar al señor Aurier que no escriba más artículos sobre mi pintura; dile con insistencia que, por empezar, sus notas sobre mí se engañan, puesto que realmente me siento demasiado entristecido para poder enfrentarme a la publicidad.

Hacer cuadros me distrae; pero si oigo hablar de ellos, me causa una pena que él no imagina... He caído enfermo en la época en que hacía las flores de almendro. Si hubiera podido continuar trabajando, puedes deducir que hubiera hecho otros árboles en flor. Ahora, ya casi se han terminado los árboles en flor; verdaderamente no tengo suerte. Sí; hay que tratar de salir de aquí, pero ¿dónde ir? No creo que se pueda estar más encerrado y prisionero que en las casas donde no existen normas de libertad, como en Charenton o en Montevergues.

Carta de Vincent van Gogh a su hemano Théo tres meses antes de pegarse un tiro en el pecho.

poesía

poesía se
requiere
de mucha
desesperación
insatisfacción
y desilusión
para
escribir
unos
pocos
buenos
poemas.
no es
para
todo mundo
ya sea para
escribirlos

o siquiera para
leerlos

Bukowski

La siesta en el calor

La siesta en el calor Soñé que capturaba a dos serpientes
y todos se alegraban
daban una fiesta con patatas fritas
y queso.
Durante las celebraciones
me arrastraba por los chinos
por la grava,
dibujaba cosas en un cuaderno
escribía poemas
pero creo que ese ya es
otro sueño.
Había enormes escaleras de caracol
muchos pisos abandonados
polvo en los pasillos
íbamos a una casa cuidada
miraban mis dibujos
eran en tinta china sepia
los poemas eran repeticiones de palabras.
Libros dedicados,
tortillas
arroz
insectos y serpientes.
La siesta en el calor
eso ha sido.

Delirio (Novela por capítulos)

Delirio (Novela por capítulos) Ningún signo de mejoría se dio en Raquel durante aquellos días. Como un animal se arrastraba buscando cualquiera sabe que cosa. Pasaba las tardes tranquila, mirando a través de las ventanas, viendo pasar las estaciones. La idea de que el sol desapareciese del cielo le provocaba tal sensación de desasosiego, que no pocas veces estampaba su cuerpo contra la pared y los muebles. Lo increíble es que parecía que lo descubriese cada día, ya que tenía ataques de ira y ansiedad, todos y cada uno de los ocasos que compartí con ella. Lograba convencerse durante las horas de luz que ya siempre sería de día, para descubrir, de nuevo, que no era así. Las noches eran horribles. Con todas las velas y candiles de la casa encendidas en su pequeño cuartucho, yo la velaba, cuidando de que no prendiera fuego como ya había ocurrido en otras ocasiones; mientras ella, paralizada por el miedo, temblaba y gritaba en un eterno delirio nocturno.
Los topos emergían de la tierra para cavar en sus mofletes. Eran bichitos sanguinolentos y apestosos, que llevaban gafas de culo de vaso y cascos amarillos con una lámpara de carburo. Con pequeños picos horadaban la carne. Buscaban sus dientes de oro. Otras veces culebras se metían en su interior a través de sus lacrimales, provocándole un picor indescriptible, le recorrían las tripas y salían por su culo o su vagina. El hombre sin dientes le hablaba al oído. Le relataba cuentos, que algunas veces yo transcribía, pues iba repitiendo palabra por palabra lo que este señor le contaba. Era un buen muchacho, solía decir, pero tiene una pena muy grande por que los topos ya se llevaron sus dientes.
Yo, por el amor que una vez le procesé, me quedaba en esa habitación, que entre los gritos, las luces amarillentas proyectando lúgubres formas en la pared y el olor a saín se parecía cada vez más al infierno.
Las mañanas dormía plácidamente, agotada por los fantasmas de su mente. Yo la observaba y aún conservaba vestigios de la pálida belleza que me cautivó años atrás. Algunas tardes incluso me hablaba, como si no hubiesen pasado los años y se interesaba por viejas amistades, por caducas inquietudes. Y llamaba a Oliver. En esos momentos mi faz se ensombrecía de tal modo, que me preguntaba si me encontraba bien, para volver segundos más tarde a su habitual arrobamiento.

Fin del capítulo primero

Dibujo: Edvard Munch

PRENDE LA CALEFACCIÓN Y SIÉNTATE

PRENDE LA CALEFACCIÓN Y SIÉNTATE Prende la calefacción y siéntate
Y mira a los yonkis en la calle

Olvida las noticias del viejo Time-Warner
Mira a los colgados del crack en la esquina

Apaga la tele 7 en punto
Están viendo yerba ahí a la vuelta

Salario mínimo es lo que ganas
Casi todos los narco-polis viven de coimas

Haz mucho dinero con tu mafia
Hasta que el viejo MacDonald produzca un empleo

° ° °

No hay empleos hoy Nada de seguros
No hay más futuro que volver a la arcilla

Trabajad duro por un poquito de miel
Para Estados Unidos todo es el dinero

Allen Ginsberg

RONDÓ

RONDÓ Quisiera tener un revólver para escuchar solamente
el sonido de la sangre, y saber que no moriré:
que el chasquido de las cápsulas o el fogonazo sulfúreo,
como guardado por ángeles, no arrasarán mi jardín.
Qué claridad de relámpagos cuando mis ojos se cierran.
Tan cercanas las imágenes del amor, aquí, en mi pecho,
como canto de sirenas o recuerdos de niñez.
Con paso quedo, despacio: no despertéis a las rosas.
El momento de la lluvia tras los cristales velados,
y el momento en que se escuchan tu mirada y tu sonrisa,
y el momento en que tu voz descubre cielo y planetas,
y el momento en que tu piel gime un fulgor susurrante,
y el momento en que tus labios, y tus ojos, y la lluvia...
Quisiera tener un revólver para escuchar solamente
el sonido de la sangre, y saber que no moriré.

Pere Gimferrer
"Extraña fruta y otros poemas" 1968 - 1969

INFIERNO Y PARAÍSO

INFIERNO Y PARAÍSO «allá estará también la castañera
de ocho pares,
y el humo de los céntimos, y el vaho en los bolsillos»

Leopoldo Panero "Escrito a cada instante"

Pero no sólo los mendigos, padre, van al paraíso
van también aquellos que aun más asco dan
también estos mendigos del ser que acezan
a la puerta del manicomio
esas caricaturas humanas, tal como esta
que Alicia se piensa en el
jardín no
humano de las flores
y quisiera destruir el universo
porque si hay algún monstruo, éste es la desgracia
y la única injusticia que existe es la injusticia evidente
y si hay alguna moral, ésta es la moral del desastre.

"Guarida de un animal"
Leopoldo María Panero Blanc

cuando pienso en mi muerte

cuando pienso en mi muerte pienso en automóviles estacionados en un
estacionamiento
cuando pienso en mi muerte
pienso en sartenes
cuando pienso en mi muerte
pienso que alguien te hace el amor
cuando no estoy
cuando pienso en mi muerte
tengo problemas para respirar
cuando pienso en mi muerte
pienso en toda la gente que espera morir
cuando pienso en mi muerte
pienso que no podré tomar agua nunca más
cuando pienso en mi muerte
el aire se vuelve completamente blanco
las cucarachas en mi cocina
tiemblan
y pienso que alguien tendrá que tirar
mi ropa interior limpia y sucia
muy lejos.

Charles Bukowski

American Gothic

American Gothic En agosto de 1930, Wood visitaba la ciudad de Eldon en la parte meridional de Iowa - Estados Unidos, y vió esta casa, construida en 1880, con un estilo que se denominaba carpinteria gótica, impresionado por el diseño, se imaginó a un granjero y su hija parados delante de la casa. Inmediatamente hizo un boceto en un sobre y mando que hicieran una fotografia a la casa para trabajar más tarde en su estudio.Basandose en viejas fotografias del siglo XIX planeo la escena del cuadro, su hermana Nan y su dentista Dr. Byron McKeeby sirvieron de modelos .
Hemos eliminado la casa del cuadro, en su lugar una diana y a partir de esta copia presentamos a continuación diversas interpretaciones tipicas de la Network, "alteralo y pasalo".
Procedente de merzmail.net
Ver resultados en EXPOGOTHIC

Hoy hasta la luna es falsa

Hoy hasta la luna es falsa La luz de la luna entra por la ventana, deslumbrándome. Me vuelvo para evitar el resplandor. Cierro los ojos y pienso. La luna no puede ser. Este leve pensamiento me desvela. Me levanto y me asomo a la ventana. Una farola del tamaño de un zeppelín luce con intensidad abajo en la acera. La calle está desierta. Solo algún coche que otro rompe el silencio. Corro las cortinas con furia. Maldito ayuntamiento, solo es eficaz cuando me jode a mí. Voy al cuarto de baño y al pasar por delante del espejo me miro. No me gusta lo que veo. Todo el pelo está despeinado y húmedo. Es extraño por que no hace calor. La barba me pica horriblemente. Las ojeras son de un púrpura profundo e infladas, hinchadas. Mis ojos están vidriosos. La luz fluorescente del tubo del baño no me ayuda demasiado. Voy a tenderme en la cama de nuevo. A ver si así recupero el sueño perdido. Pasa el tiempo y nada. Le doy vueltas a la cabeza. Me acuerdo de mil cosas. Yo era pequeño y ella también. Eran tiempos, si no más felices, mejores. Pongo la radio para intentar borrar el último recuerdo. Noticias sordas en un mundo sin conciencia. Me amarga aún más la noche. El insomnio me provoca nauseas y diarrea. Al ponerme nervioso no tengo mariposas en el estomago, tengo pterodáctilos como casas. Un dolor punzante hace que la sien palpite al ritmo de mis sones cardiacos. Cambio de emisora. Busco música que me agrade sin conseguir demasiado mi objetivo. Me quedo con una opera en alemán que me dan ganas de invadir el piso de al lado, espacio vital. Soy modesto. Yo no quiero tener Europa a mis pies, me conformo con un sucio pasillo con dos habitaciones y una cocina sucia como un vertedero. El que vivía allí se mudó hace tiempo. Le intente comprar el piso y me dijo que me fuese a la mierda. Solo por que una vez organizó una fiesta y llamé a la policía. No sabía que tenía contratadas a unas furcias y que el piso estaba lleno de cocainómanos de ojos idos y podridos de dinero. Se organizó un pequeño follón. Agua pasada. Pero los putos yuppies me mandaron a un matón para que me diese una paliza. Menos mal que contrataron a un antiguo compañero de colegio y todo quedó en palabras malsonantes y un abrazo cariñoso. Me rompió siete costillas. Después me visitó al hospital y todo. Me dijo que era su obligación como matón y que si yo hubiese sido otro me habrían tenido que separar del techo con una espátula. Me trajo frutas confitadas y una novela de Danielle Stelle. El pobre, que era un poco corto, lo hizo con toda su buena intención. Le di las gracias y se fue. Di las frutas confitadas al viejo de la cama de al lado e hice un favor a la literatura reciclando el libro.
El grifo gotea sin parar: poc, poc, poc... Por un momento creo que me están taladrando el cerebro con un cincel y un martillo. Poc, poc, poc, Subo el volumen de la radio. Muevo el dial sin ton ni son y lo dejo en la primera que suena con cierta calidad de sonido. Es un programa de esos que la gente llama y cuenta sus estúpidos problemas a una especie de consejera que da soluciones aún más estúpidas. Mi marido quiere que practiquemos sexo anal pero a mi me da cosa y la tipa le responde con una voz suavona e irritante que tenga comprensión hacia su marido pero que si no le apetece que le diga que no. Y lo siguiente que hará el marido es irse de putas, señora, le contestaría yo. Y por que llama a la radio para contarlo. Ahora habla un taxista que despotrica de los inmigrantes, que se montan en su taxi y lo dejan con mal olor y peladuras de naranjas. Esto supera mis fuerzas y apago el cacharro de un puñetazo. Me vuelvo a asomar a la ventana. Un hombre anda despreocupado por mitad de la calzada. Ya no pasan ni coches. Intuyo pos sus zigzagueos que va borracho del todo. Se para en un árbol y se pone a mear. Me río para mis adentros. A lo mejor el ebrio meón callejero es hasta feliz. El tío más feliz del mundo. Luego vomita y ya no lo envidio tanto. Desaparece por la esquina de la bocacalle más cercana y todo vuelve a la calma. El reloj avanza inexorablemente y el alba ya mismo hará acto de presencia. Yo, sentado en la cama, desquiciado, vuelvo a mi fatídica costumbre de analizar todo. A lo mejor hice todo mal en mi pasado. Quizás no debí dejarla esa tarde de otoño, en el que hacía uno de los día más bonitos que recuerdo, sola en aquel parque. Los árboles aún conservaban muchas de sus hoja amarillas y marrones, que se iban desprendiendo con cada ráfaga de viento. El cielo encapotado presagiaba lluvia. Cuando la primera gota cayó aquella tarde oí su última palabra, que hoy ya he olvidado. Pero recuerdo sus ojos color ámbar llenos de lágrimas y su pelo rubio oscuro mecido violentamente por el aire. Y su expresión de desolación más absoluta y yo yéndome para no volver más. Intento pensar en otra cosa. Me muevo, camino por mi habitación. Voy a coger un cigarrillo pero caigo en que deje de fumar la semana pasada. Avanzo nervioso por el pasillo con destino la cocina. Abro la nevera. Está tan atiborrada de cosas –ayer hice la compra- y por no pensar en lo que elegir me quedo sin coger nada. Solo me apetece dormir. Pero no lo consigo. Solo me llevo en el cuerpo un humilde y sencillo vaso de agua. Aprovecho para cortar la gota que provocaba mi dolor de cabeza. Aprieto el grifo con una fuerza sobrehumana. La fuerza que da la rabia de no poder dormir. Al día siguiente tendré un impedimento más para lavar los platos de la cena. Los ronquidos de alguien se escuchan por el patio de luces. La cuerdas de los tendederos de estos lugares son testigos de más peleas, polvos y gritos que ningún otro objeto en el mundo. Vuelvo al lecho derrotado. Pruebo la táctica de quedarse quieto, lo más inmóvil posible, con los ojos cerrados. Es una situación que desborda la imaginación de las personas propensas a pensar mucho. Miles de imágenes pasan por tus ojos, cubiertos por unos hinchados párpados, que parecen de cemento. Todo es tan frenético que abres los ojos como única salida. El techo, con su mancha de humedad, sigue allí, iluminado por las lunas ficticias, cuya luz se cuela por las rendijas de las cortina, formando figuras que parecen letras japonesas. O palitroques entrelazados. La ciudad se va despertando progresivamente. Y es ahora cuando tu tan ansiado sueño llega.

Fermín Tomás de Urrutia Suárez
Relatos de lo asumido
Segovia 1998

El esplendor americano

El esplendor americano Últimamente no he ido mucho al cine. Solo estrenan basura, que dentro de unos meses devoraremos en video, en noches aburridas, tediosas, o directamente en la tele, tragandonos anuncios y deseando la muerte a los directivos de las cadenas. O simplemente no viendolas nunca, hay basura que es demasiado, incluso para nosotros.
Por eso, deseaba ansioso que llegara a la sobrevalorada in extremis ciudad de la cerveza Alhambra, American Splendor, que sabía que era de un guionista de tebeos (arte al que soy aficionado) y amigo de Crumb, bla,bla,bla... Por fin llegó y...
Anteayer, en la tarde del asqueroso domingo, fuimos a verla el jovensito y yo. Es increible, de bien que está, recomendable a todos y cada uno de los que miran este blog, aunque creo que es predicar en el desierto, pues los asiduos a leerme la han visto ya (y recomendado). Pero bueno, si por casualidad llegas aqui, pues hazme caso.

El quemado

El quemado De la mañana a la tarde
me consumes, sol; me secas
con tu gran ojo sin alma;
pero así la noche al fin
halla en mí el duro carbón
que no podrá disolver,
y al corazón seco vuelve,
sombría y fresca, la savia
que blanca le sorbió el día.

Tomás Segovia

Para más: TS

Antlife

Antlife De pequeño quise tener un perro, pero mis padres eran pobres y sólo pudieron comprarme una hormiga.
Woody Allen