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doglife

Yo voy soñando caminos
de la tarde. ¡Las colinas
doradas, los verdes pinos,
las polvorientas encinas!...

¿Adónde el camino irá?
Yo voy cantando, viajero,
a lo largo del sendero...
—La tarde cayendo está—.

En el corazón tenía
la espina de una pasión;
logré arrancármela un día;
ya no siento el corazón.

Y todo el campo un momento
se queda, mudo y sombrío,
meditando. Suena el viento
en los álamos del río.

La tarde más se oscurece;
y el camino se serpea
y débilmente blanquea,
se enturbia y desaparece.

Mi cantar vuelve a plañir:
Aguda espina dorada,
quién te volviera a sentir
en el corazón clavada.

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Este es el primer poema que aprendí de Machado, por imperativo legal. La obligación de aprender poesías de memoria hizo que las repudiara, pues es igual de lógico que aprenderse de carrerilla La Conjura de los Necios o La Isla del Tesoro. Bueno espero que les guste. Yo todavía me la se de memoria...

 Dibujo de Machado de Ramón Gaya

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