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Cartas a Théo

Cartas a Théo 29 de abril de 1890.

Mi querido Théo:

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También, necesitaré 6 brochas; 6 pinceles de cerda y 7 metros de tela o hasta 10. ¿Qué decirte de estos dos meses pasados? Esto no va muy bien; estoy triste y embrutecido, más de lo que sabría expresar y no sé ya dónde estoy. Como el pedido de colores es un poco cargado, puedes demorar la mitad, si te conviene más. Mientras estaba enfermo, hice aún algunas pequeñas telas de cabezas que verás más tarde, recuerdos del Norte; y ahora, acabo de terminar un rincón de pradera lleno de sol, que yo creo más o menos vigoroso. Lo verás muy pronto. Hazme el favor de rogar al señor Aurier que no escriba más artículos sobre mi pintura; dile con insistencia que, por empezar, sus notas sobre mí se engañan, puesto que realmente me siento demasiado entristecido para poder enfrentarme a la publicidad.

Hacer cuadros me distrae; pero si oigo hablar de ellos, me causa una pena que él no imagina... He caído enfermo en la época en que hacía las flores de almendro. Si hubiera podido continuar trabajando, puedes deducir que hubiera hecho otros árboles en flor. Ahora, ya casi se han terminado los árboles en flor; verdaderamente no tengo suerte. Sí; hay que tratar de salir de aquí, pero ¿dónde ir? No creo que se pueda estar más encerrado y prisionero que en las casas donde no existen normas de libertad, como en Charenton o en Montevergues.

Carta de Vincent van Gogh a su hemano Théo tres meses antes de pegarse un tiro en el pecho.

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