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El paseo que jamás ocurrió

El paseo que jamás ocurrió En el parque
las flores aún no se han marchitado
las estatuas están cagadas por las palomas
y la esencia de tu pelo viene
con el aire frío de la fuente.
La nariz gotea
y en el árbol grabado
por dos horteras, un corazón mal dibujado
y dos iniciales obsoletas.
Sigo el paseo y
las mierdas de los perros
consiguen que haga más ejercicio
pues zigzagueo en un camino absurdo
sin fin,

sobre la gravilla del parque espectral.

Día de los Santos Inocentes 2005

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